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Anecdotas y frases relaccionadas con el ajedrez
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Mauro |
Publicado: 2007-10-26 21:37:30 Esta no tiene desperdicio!!:
El campeón del mundo Steinitz jugaba en un café apostando con otras personas. Un jugador mediocre de ajedrez iba todos los días a retarlo, aunque siempre perdía. Esto representaba un ingreso fijo para Steinitz. Un día, un amigo del campeón le dijo que dejara ganar a su "cliente" de vez en cuando para que no se desanimara y continuara retándolo y pagándole. Steinitz siguió el consejo: comenzó con una mala apertura, sacó a la dama prematuamente y después de unas jugadas su adversario le capturó la dama por lo que Steinitz abandonó. Su adversario exclamó "¡Por fin he conseguido mi objetivo, he derrotado al gran Steinitz!". Después de eso nunca volvió a retarlo. |
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Mauro |
Publicado: 2007-10-26 21:45:10 A Alexander Alekhine poco antes de una partida, en el curso del match de 1935 contra Euwe, le encontraron tendido en un campo, completamente borracho. Cuentan que en esos días, Alekhine le daba a la bebida como un poseso y...
En la partida número 22 de dicho match, en lo que parecía una insólita lucha antialcohólica, Alekhine llevó a la mesa de juego una buena botella de zumo de piña y un par de vasos. Euwe y él, en un mano a mano memorable, acabaron con el zumo rápidamente.
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Mauro |
Publicado: 2007-10-26 21:47:30 "Cuando aconteció el relato de este suceso Paul Morphy ni era maestro ni había derrotado aún al campeón del mundo Anderssen, aunque sí era conocido como un auténtico genio. Tenía a la sazón dieciseis años y cursaba estudios de bachillerato, que un año después concluiría en el Colegio Jesuíta San José, del Estado de Alabama. Corría la primavera de 1855 cuando en una de sus correrías estudiantiles vio a cierta agraciada jovencita, hija de un hortelano que cuidaba de sus propias tierras, vecinas a la que vivían los tíos de Paul. Obvio es decir que verla y enamorarse fue todo uno. ¡El flechazo propio de las épocas románticas que cantaron Heine y Bécquer!
Pero Paul había llegado tarde. Un rival imponente se oponía a sus proyectos amorosos. Se trataba de su propio primo Ernest, dos años mayor que él e hijo de su citados tíos vecinos de la damita, de quien estaba prendado. Esto era suficiente motivo para que surgieran las consabidas pláticas de familia, que Paul esquivó desafiando a Ernest a un match de ajedrez a seis partidas, cuyas condiciones eran:
1º- Las partidas se jugarían con la apertura forzada del Gambito Evans, de moda en aquel entonces.
2º- Paul daba ventaja de tiempo, disponiendo tan sólo de un minuto de reflexión para cada jugada, mientras que Ernest, podía pensar cuanto quisiera; de este modo se equilibrarían las fuerzas.
3º- El vencedor tendría derecho en usufructo a los presuntos favores de la linda muchacha, sin que el vencido pudiera oponerse a su rival con una competencia ilícita.
Acordadas pues, estas condiciones, se jugaron el amor del deseado tesoro en el campo del honor del ajedrez. La victoria correspondió a Paul, quien derrotó cuatro veces a su adversario primo, perdiendo solamente una partida y haciendo otra tablas.
Pero esta victoria no se completó en el terreno de Eros, pues al comunicar Paul a la dama sus pretensiones, gracias al triunfo logrado, obtuvo de respuesta unas calabazas del tamaño de una catedral. Y cuenta la tradición que no paró todo en eso, sino que el futuro suegro que casualmente presenciaba la escena desde oculto lugar, propinó al galán una serie de coscorrones, a guisa de jaque perpetuo, que a no salir en desesperada fuga, se malogra allí para siempre aquel genio del ajedrez mundial"
(Ajedrez Español, 1948) |
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Mauro |
Publicado: 2007-10-26 21:54:41 Una curiosa anécdota en la corte española del siglo XVI
"Hallábanse jugando al ajedrez en un salón del Palacio del Escorial, el Rey Felipe II y su capellán Ruy López; el primero, sentado en un amplio sillón, y el capellán arrodillado delante de él, sobre unos cojinetes. Los cortesanos permanecían silenciosos en un extremo del salón. Felipe II estaba inquieto y de vez en cuando volvía la cabeza para mirar hacia la puerta de entrada. Abrióse ésta al fin y apareció el verdugo. -¿Y bien -le preguntó el monarca-, está todo listo para la ejecución? -Señor, el reo se resiste. -¿Cómo ese eso? -Porque si en calidad de noble desea que se le corte la cabeza, como magnate pide ser bendecido por un obispo. -Concedido; hágase como él desea, pero que todo esté terminado para las tres. -Señor, en la corte no hay ningún obispo; ayer murió el de Zamora y anteayer se ausentó el de Palencia. El rey quedó un momento pensativo y de pronto, dirigiéndose a Ruy López le dijo: -Levántate, Obispo de Zamora, y vete a asistir al reo. Ruy López, con todo el dolor de su corazón, se alzó y se dirigió a la cárcel para reconciliar al sentenciado, que no era otro que su amigo íntimo, el Duque de Medina Sidonia, ex-favorito de Felipe II.
Pronto estuvo hecha la reconciliación, quedando confesor y reo en amigable conversación. Y como aun faltaba mucho para hora de la ejecución, el duque, poniendo a prueba su temple de caballero, propuso a Ruy López matar el tiempo jugando una partida de ajedrez, proposición que fue aceptada, mandándose al momento por el juego. Empezada la partida, los guardias, el alcalde y hasta el verdugo, se interesaron por el desarrollo del juego, pues la fama de Ruy López había trascendido a todas las esferas, y todos deseaban ver las hábiles jugadas del Campeón del Mundo, así como las de su rival, considerado como uno de los mejores ajedrecistas de la época. Se formó así lo que ahora se llama "la barra", e interesándose en la partida, pues todos conocían más o menos el juego, transcurrieron los contados minutos que de vida le quedaban al valeroso Duque.
Al llegarla hora fatal, la partida se hallaba en un momento culminante, y el Duque de Medina Sidonia, abstraído en la magnética atracción de la lucha, deseaba terminar la partida, pues había entrevisto una variante ganadora. El jefe de la guardia y el ejecutor, entretanto, intentaron hacer cesar el juego a fin de emprender de inmediato el camino hacia el lugar del suplicio; pero el Duque quería terminar la partida, y como el verdugo insistiese en su empeño e intentase hacer uso de la fuerza, el Duque arrebató el hacha de manos del ejecutor y con gran valor y arrogancia exclamó: "Al que intente acercáseme le parto la cabeza". No hubo, pues, más remedio que la lucha prosiguiese. La victoria correspondió al Duque y una alegría incontenible lo substrajo por unos momentos a la dura realidad. Ruy López sonreía dolorosamente y más de uno de los forzados espectadores supuso que Ruy López había proporcionado generosamente ese instante de regocijo a su noble adversario, conocedor de su vanidad de ajedrecista, que moriría con la fama de una victoria sobre el Campeón del Mundo.
Terminada la partida, el Duque, con paso firme, erguido, se dirigió al lugar del suplicio, no sin dirigir algunas bromas a Ruy López, como si con ellas deseara exteriorizar su temple de valiente caballero. Creyendo Felipe II, al tocar las tres, que todo estaba concluido, dijo al Conde... que había reemplazado al Duque de Medina Sidonia en los favores del Rey: "dadme el decreto referente al crimen y al castigo del ya difunto Duque". El Conde metió la mano en la escarcela, pero con tan mala suerte que, equivocando la bolsa, sacó y entregó al rey, en lugar del decreto real que éste le pedía, el plan de la conspiración con la lista de los conjurados, en la que él figuraba en primer término, apareciendo el Duque de Medina Sidonia como acusado falsamente por quien pretendió suplantarlo en los favores del monarca e injustamente sindicado como jefe de aquella conspiración.
El Rey, descubierta la verdad, mandó al momento a arrestar al Conde, y aunque dudando de llegar a tiempo, ordenó suspender la ejecución. Por fortuna, ésta se había retrasado por las circunstancias antes mencionadas, y aquella orden alcanzó a la comitiva en el camino al suplicio, resultando así que una partida de ajedrez salvó a un inocente de una pena tan atroz como inmerecida."
Este relato que algunos autores españoles consideran ajustada a la verdad histórica fue tomado de: Revista Ajedrez, Buenos Aires, Argentina, marzo 1968, p.106-107) |
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EU |
Publicado: 2007-10-28 01:11:16 Sr. Mauro es una enciclopedia abierta, da gusto. |
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J . J |
Publicado: 2007-10-28 03:52:11 Si |
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Mauro |
Publicado: 2007-10-28 05:24:20 se agradece, pero yo solamente recopile la información de distintos lugares, no hice nada del otro mundo. |
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Mauro |
Publicado: 2007-10-28 05:27:22 La famosa anécdota del hipopótamo de Tahl
* De una entrevista que le hicieron:
Damski: Durante una partida, ¿Te vienen a la mente ideas que no tengan nada que ver con el ajedrez?
Tahl: ¡Continuamente! Nunca olvidaré, por citar un ejemplo, mi encuentro con el maestro Eugenio Vasiukov (Kiev, 1964), durante uno de los campeonatos de la URSS. La posición en el tablero era muy compleja, y yo pensaba sacrificar un caballo. No era una variante muy clara, puesto que existían muchas posibilidades. Comencé a calcular y me horrorizó la idea de que el sacrificio fuera falso. Las ideas se me amontonan en la cabeza: una respuesta del enemigo correcta en determinada situación la traspasaba a otra variante y allí, naturalmente, ese movimiento era inoportuno por completo. Lo concreto es que en mi cabeza se formó un montón caótico de movimientos, a veces incluso sin ninguna relación entre sí, y el "árbol del análisis", tan recomendado por los entrenadores, comenzó a crecer de manera monstruosa.
No sé por qué, pero en ese momento recordé la célebre poesía infantil de Chukovski:
¡Oh, qué dificil es el trabajo
De sacar a un hipopótamo del pantano!
No podría explicar en base a qué asociación este hipopótamo se metió en el tablero, pero la verdad es que, mientras los espectadores creían que estaba analizando la posición, yo pensaba en cómo demonios podría sacarse a un hipopótamo del pantano.
Recuerdo que en mi cabeza se amontonaban cabrestantes, palancas, helicópteros e incluso, una escalera de cuerda. Después de numerosos intentos no encontré ningún método aceptable de sacarle del pantano, y pensé con amargura: "¡Pues que se ahogue!". |
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Mauro |
Publicado: 2007-10-28 05:28:34 Durante la Olimpiada de Varna de 1962, Tahl decidió hacerle una pequeña entrevista a Bobby Fischer. He aquí un breve recuerdo de Mihail sobre la misma que refleja claramente como las gastaba Fischer cuando sólo tenía 19 años!
"La primera cuestión que te plantearé es: ¿A quién consideras el jugador más fuerte del mundo?" Me miró muy sorprendido, de modo que corregí la pregunta: "Aparte de ti, por supuesto". Me miró atentamente y respondió: "Bueno, tú no juegas muy mal...". |
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OBISPOREY |
Publicado: 2007-10-28 08:56:06 Hablando de Bobby Fischer, en 1971 en el Match Fischer - Petrosian en Buenos Aires (6 1/2 a 2 1/2 en favor de Bobby), y finalizada la ceremonia de clausura en el propio Teatro San Martín y en rueda de prensa, un periodista le pregunta a Bobby Fischer su opinion sobre las mujeres argentinas. La respuesta no se hizo esperar:
"Yo estoy reunido con ustedes para hablar de Ajedrez, no de mujeres. No estoy dispuesto a exponer mis sentimientos íntimos, suministrando detalles al público de mis inclinaciones.... Esto es tan sagrado como los sentimientos religiosos de cada cual y deben ser respetados..."
Toma mate.... que me cuentan?.... |
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